Se producirá algo de pilling natural durante los primeros usos de la prenda.
La formación de bolitas no es una "cosa para siempre". De hecho, después de algunos usos ocurrirá cada vez menos con el tiempo, ya que las fibras sueltas se abrieron paso hacia la superficie.
Para eliminar las bolitas, usa una afeitadora eléctrica para telas que cortará el tejido y eliminará solo las fibras superficiales. Una piedra para suéter o un peine también funcionarán, pero utilízalos con cuidado; si se usan con demasiada fuerza, pueden arrancar más fibras de las deseadas.

Llena un recipiente con agua limpia y tibia.
Agregar jabón neutro.
Remoja la prenda de lana durante 10 minutos.
Enjuague bien en agua tibia.
Enjuague nuevamente en agua fría.

Deja que la prenda se seque al aire de forma natural en posición horizontal.
Evita la luz solar directa, la luz solar magnificada (cerca de una ventana exterior) o el calor directo.

Guarda tus tejidos en un espacio limpio y seco con bolsas de lavanda o tu producto antipolillas preferido.
Siempre limpia tus prendas antes de guardarlas, esto ayuda a prevenir olores, manchas y acumulación de suciedad.
Doblar, en lugar de colgar. Esto ayudará a que las prendas conserven su forma mientras están almacenadas.

Para proteger tus prendas lávalas del lado de revés.
Lavar con agua fría y asegúrate de usar jabón neutro.
Evitar suavizantes convencionales.

Secar a la sombra y evitar secadora ya que puede acelerar el envejecimiento de la prenda y causar encogimiento.

Sacudir suavemente la prenda mientras aún está húmeda ayuda a eliminar las arrugas de forma natural.
También puedes plancharlas a temperatura media.